Quienes conocen la historia de Rubén Zapatas, exalumno de esta institución de hace más de 40 años, pueden coincidir en que un corazón agradecido es movido naturalmente al servicio al prójimo. Quien podría pensar que esta persona que visita regularmente el campus, inmigrante venezolano, viudo, de 65 años de edad, sea el motor que está invitando a sus antiguos compañeros de estudio a enviar apoyo a los jóvenes que actualmente viven la experiencia unacense.
El origen de este programa de donación se gestó en el seno familiar ya que el señor Zapatas tiene en uno de sus hijos Rubén Oscar Zapatas, de 33 años, casado con 5 hijos, inmigrante venezolano radicado en Estados Unidos, a su patrocinador de ayudas estudiantiles más constante. Aunque no conoce la institución Icolven-UNAC, se identifica con el amor que su padre profesa por este campus y no duda en proveer su ayuda mensual que se convierte , gracias a la gestión de su progenitor, en kits de aseo para los estudiantes.
Pero ahí no para su gestión, está comprometido en motivar a sus excompañeros, egresados, jubilados o aún activos para que se unan a esta iniciativa. Felizmente su convocatoria ha tenido eco y no son pocos los que han empezado a hacer sus donaciones de manera personal o por medio de fundaciones. “Es la necesidad de apoyar el semillero de profesionales para la Iglesia, aquí se están formando de los futuros profesionales que van a servir, es el futuro de la iglesia… no hay que olvidar que cuando uno era estudiante tenía muchas vicisitudes y problemas… ahora que ya tenemos algún tipo de confort tendemos a olvidarnos” es su respuesta ante la pregunta sobre sus motivaciones.
Es un hombre sencillo pero muy organizado, que vive en el día a día; sus donantes envían un aporte entre 60 y 100 dólares, con los cuales él compra los elementos para armar los paquetes que entrega directamente a los preceptores de las residencias universitarias y a la preceptora de alumnos que viven externos al campus. A los alumnos beneficiados solo les pide a cambio, que mantengan en sus oraciones a cada uno de los donantes. Documenta su gestión con facturas y fotografías de las entregas, evidencias que envía de regreso a sus patrocinadores.
Actualmente le ronda la idea de iniciar un proyecto para ayudar a algunos alumnos con la alimentación, razón que lo mantiene en constante movimiento y comunicación, buscando con quién materializar y financiar su iniciativa.
Las oportunidades para servir están abiertas. Quienes sean movidos a esta obra pueden entrar en contacto con la Vicerrectoría de Bienestar Universitario, para conocer las formas como pueden ayudar.